domingo, julio 24, 2005

 

Charly


"Charly y la fabrica de Chocolates" de Roald Dahl es de los pocos libros infantiles que me marcaron. No soy de los que leí 'El señor de los anillos', aunque intenté muchas veces empezar la obra de Tolkien, no pude, por alguna extraña razón, avanzar más que un poco de hojas.

Encantado partí a ver este film de Tim Burton con Leo y Dana, no recordaba mucho del libro, más que su esencia: una aventura sobrenatural que despierta los apetitos más infantiles.

Hay que reconocer que es un mega producción, que los millones de dólares gastados se notan, y que el actor que encarna a los hombrecillos de la raza que no recuerdo el nombre, hace un trabajo magnífico.

La humildad de la familia de Charly es sobrecogedora. Sus 4 abuelos emplazados en una gran cama es lo que más recordaba del libro, y los muestran tal como un niño los habría querido ver.

Viejos generosos, con la mente un poco ida, sabios, tiernos y con buenos consejos. Dentro de la pobreza de esta familia destaca una dignidad, y una felicidad que no se corrompe ni con la ausencia de algún ingrediente para la sopa.

Charly logrará su sueño de conocer la misteriosa fabrica de Willy Wonka, un hombre impulsado por sus frustraciones de niño; violentado por su padre dentista canalla, egoísta y que logró en Willy un odio social tan profundo, pero a la vez lo dotó de una fuerza creativa sin límites.

La fabrica de Wonka representa un imperio creado en base al odio y a la deshumanización. Quizás representa la enajenación a que apela Marx respecto a que el hombre se abandona a sí mismo por el trabajo, y pierde su propia identidad.

Frente a este imperio económico de enormes proporciones, vemos como Charly representa al ser común y corriente que se encandila con el poder, pero que a diferencia de los otros ganadores, gracias a su espíritu puro, logra evitar caer en superficialidades, y es capaz de ver el aún corazón de niño de Willy Wonka.

jueves, julio 21, 2005

 

Grace Jones me visitó en los sueños


Desperté motivado. Algo grande había soñado, pero por ese desgaste de intentar recordar qué es lo que visitó mi mente mientras me encontraba en los brazos de Morfeo, no pude recordar nada.

Desayuno, casi pobre como siempre, aunque desde que apareció "Uno al día" como visitante constante al refrigerador, las cosas cambiaron en ese aspecto, un poco de ejercicio, y flash, me acuerdo. Grace Jones me visitó en los sueños.

¿ Será porque estoy escuchando Slave to the Ryhthmn más de la cuenta? No sé, pero apareció, estuvimos juntos y conversamos. Pese a que vestía más kitsch que en esa foto, la adoré y le prometí que la traería a Chile....

Uf, complicada promesa le hice, no sé nada de ella en el mundo real hace años, y para siempre se fijó en mi cuando la TV chilena era otra cosa y pudo ser una de las tantas invitadas estelares a Martes 13.

Hoy no he parado de escuchar sus hits como 'Warm Leatherette', 'I need a man', 'Pull up to the bumper", y otros remixes en que aparece. Estoy seguro que si este es uno de los primeros sueños fuertones que tengo en harto tiempo y logro recordarlo es por algo, espero que no vaya a ser premonitorio y le vaya a suceder algo a esta muchacha, prefiero pensar que va a sacar un nuevo disco y que un día de estos toca el timbre de mi casa.

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